Las cadenas musculares. Tomo IV - Miembros inferiores by Leopold Bousquet

By Leopold Bousquet

Los angeles fisiolog?­a de los m??sculos del pie, m??s all?? de l. a. especificidad de cada uno de ellos, tiene una cualidad international de correcci??n para conservar l. a. simplicidad de los movimientos b??sicos del pie, manteniendo siempre al mismo tiempo l. a. diversidad -de combinaciones impuestas por el apoyo en el suelo y las posibilidades de propulsi??n. Los m??sculos del pie y de l. a. pierna tienen otra cualidad a??n mas importante, l. a. complementariedad entre agonistas y antagonistas para crear un sistema de compuesta y dar rigidez y estabilidad a este puzzle esquel?©tico durante los diversos apoyos. Con este cuarto volumen centrado en las cadenas musculares, en este caso las inferiores, el autor pretende hacer comprender correctamente los angeles mec??nica de los angeles pelvis, clasificar las cadenas musculares de los miembros inferiores, profundizando y precisando los angeles fisiolog?­a muscular, y dar a entender los angeles necesidad de prolongar los angeles influencia de las v?­sceras sobre dichas cadenas, ya que cuando se vislumbra esta posibilidad de acci??n, los problemas de r??tula, de b??veda y las diferencias de los miembros inferiores adquieren otra perspectiva. En los tres cap?­tulos de que consta el libro -la biomec??nica de los angeles pelvis, l. a. fisiolog?­a de los m??sculos de los miembros inferiores, las cadenas musculares del miembro inferior- el autor ha conseguido descodificar el funcionamiento de los miembros inferiores, complementando el texto con m??s de cuarenta fotograf?­as y doscientas ochenta y cinco figuras. El autor, L?©opold Busquet, es director del centro de formaci??n Les Cha?®nes Musculaires.

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Las cadenas musculares. Tomo IV - Miembros inferiores

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Lei incalzò i cani e, dopo aver raggiunto il prato, estrasse la pistola e saltò giù dalla slitta, correndo per mantenere lo slancio. Jenny si precipitò verso il padre, disinteressandosi della slitta che, non più guidata, scivolò su un masso e si rovesciò. Poi una figura nera sbucò dalla veranda e balzò verso di lei. Un lupo! Jenny sollevò la pistola. » L'urlo proveniva da dietro di lei. Jenny esitò e la figura nera assunse contorni familiari. » Abbassò l'arma e s'inginocchiò, accettando le feste del grosso cane, poi si girò.

29 Incalzato, Matthew corse più veloce, rimanendo radente alla parete rocciosa. Il cielo era sempre più scuro e le nuvole scendevano sui picchi, ma forse la notte non sarebbe calata in tempo. Si nascose dietro a una roccia e arrischiò uno sguardo alle sue spalle. L'oscurità aiutava i suoi inseguitori, perché adesso era difficile studiare il terreno. Esaminò il ciglio del dirupo: niente. Si voltò. Un'ombra in movimento. Matthew si abbassò di scatto. Qualcuno stava scendendo il dislivello, parzialmente protetto da una sporgenza rocciosa.

33 «Non ti preoccupare. » «Quassù, solo i forti sopravvivono... » Le sue parole non consolarono il giornalista di Seattle. 48 Stefan Yurgen indossava occhiali per la visione notturna che gli permettevano di vedere nell'oscurità senza usare i fari della moto, ma la tormenta riduceva la sua visuale a non più di dieci metri. La neve gli creava problemi di visibilità, ma gli permetteva anche di seguire facilmente la preda. Infatti erano chiari i segni del passaggio di un cavallo e di quattro cani. Entrambi gli uomini stavano cavalcando.

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